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diciembre 18, 2016

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De asteroides...

Asteroides (de David Hidalgo Vernalte ) El universo en marcha. Los planetas, ajenos a sus órbitas, rendidos a cumplir con rigor los recorridos con que el tiempo disfraza sus grietas. Las galaxias que giran, los cometas audaces, los armónicos sonidos que urden las esferas con sus ruidos rodando por el cielo a volteretas. El universo en marcha. Su engranaje perfecto, que se extiende sin reparos desgarrando el espacio en piedra viva. Y nosotros, llamados al viaje, circulando sin rumbo, cuerpos raros, asteroides, materia a la deriva. Spookie Tooth

Frida Kahlo...ahí les dejo mi retrato

¿Para qué estudias tanto? ¿Qué secretos buscas? La vida te lo revelará de pronto. Yo ya lo sé todo sin leer ni escribir. Hace poco, casi unos días era una niña que caminaba por un mundo de colores, de formas duras y tangibles. Todo era misterioso y ocultaba algo; descifrar, aprender me gustaba como un juego. Si supieras qué terrible es conocer todo súbitamente, como si un relámpago iluminara la tierra. Ahora habito en un planeta doloroso, transparente como de hielo; pero que nada oculta, es como si todo lo hubiera aprendido en segundos, de una vez. Mis amigas, mis compañeras se han hecho mujeres despacito, yo envejecí en instantes y todo es hoy blando y lúcido. Sé que nada hay detrás, si lo hubiera yo lo vería [...] (Septiembre 29, 1926) [Frida Kahlo, Ahí les dejo mi retrato, Ed. Lumen) Música. Lila Downs

De la física cuántica y de los misterios de las casualidades...

Siempre he vivido entre casualidades. No me lo invento, ni alucino, ni creo ciegamente en ellas...simple y llanamente, han formado parte de mi vida...y tan pronto como llegaban, pasaba a olvidarlas al momento...una pequeña anécdota de esas que van poblando nuestras vidas una y otra vez, sin prestarle apenas importancia... Ahora, que siguen ocurriéndome, intento prestarles la debida atención ya que echo de menos esa posible lista de anécdotas que el transcurrir de la vida me ha hecho ir borrando...Pero lo admito, no acabo de lograrlo, aún se me resisten... Hay algunas, sin embargo, que el recuerdo no ha borrado. Por ejemplo la de cuando debía rondar yo los doce años y recibí una postal de alguien desconocido. En esa época, me escribía con gente de todo el mundo para mejorar mi inglés (de hecho así lo aprendí... ya que no pude ir a academias). Esa postal, que guardé en una cajita junto al resto de mi colección, nunca fue ni firmada ni escrita. Tan solo era un dibujo a todo color de un lu...

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